«La Calumnia de Apeles» (1494) es una obra cargada de simbolismo y complejas referencias históricas. La pintura recrea una escena inspirada en una descripción escrita por Luciano de Samosata sobre una obra perdida de Apeles, el pintor más célebre de la antigua Grecia. Botticelli transforma esta referencia clásica en una poderosa alegoría sobre la injusticia y la difamación. En el centro de la escena, un hombre inocente es arrastrado por la Calumnia, una joven bellamente vestida pero con una expresión cruel, que es guiada por la Ignorancia y la Sospecha. El inocente extiende las manos en súplica hacia el rey Midas, quien recibe la acusación con orejas de asno, símbolo de su necedad, mientras las figuras de la Envidia, el Odio y el Engaño lo rodean y susurran al oído. La Verdad y la Penitencia, en un extremo de la escena, observan con tristeza y una cierta impotencia. Botticelli estructura la composición con una clara influencia de la pintura clásica, utilizando una arquitectura renacentista para enmarcar la tensión dramática y el desequilibrio emocional del momento. El juego de miradas y gestos refuerza la idea de manipulación y fragilidad humana frente a la mentira.

Sandro Botticelli (1445-1510) fue uno de los grandes maestros del Renacimiento florentino, conocido por su dominio de la línea y la composición delicada. Aunque es más famoso por obras como El nacimiento de Venus y La Primavera, La Calumnia de Apeles refleja una faceta más oscura y moralista de su producción artística. Botticelli creó esta obra en un momento de gran agitación política en Florencia, tras la caída de los Médici y bajo el clima de fervor religioso impulsado por el predicador Savonarola. Su estilo, caracterizado por la elegancia de las formas y el dinamismo de las figuras, adquiere aquí una fuerza dramática particular, marcada por una atmósfera casi teatral. Curiosamente, Botticelli cayó en desgracia en sus últimos años, influenciado por las rígidas normas morales de Savonarola, lo que lo llevó a abandonar los temas mitológicos y a volcarse hacia lo religioso y moralista. El simbolismo complejo de La Calumnia de Apeles puede interpretarse como un reflejo de esta crisis personal y política. La obra pertenece al movimiento Renacentista y destaca por su exploración de temas morales y filosóficos, así como por la exquisita técnica del claroscuro y la elegante paleta de colores que refuerza el dramatismo de la escena.