Santiago Rusiñol (1861–1931)

Santiago Rusiñol fue un pintor, escritor y dramaturgo español, conocido por ser una figura clave en el movimiento modernista catalán y por su capacidad para capturar la atmósfera melancólica de jardines, patios y paisajes urbanos. Nació el 25 de febrero de 1861 en Barcelona, en el seno de una familia burguesa de industriales textiles, pero renunció a la vida empresarial para dedicarse al arte. Rusiñol fue una figura bohemia que pasó largas temporadas en París, donde entró en contacto con la pintura impresionista y postimpresionista, influenciado especialmente por el uso de la luz y el color de Claude Monet y Pierre-Auguste Renoir. Sin embargo, su estilo se consolidó en torno a una interpretación más simbólica y espiritual de la naturaleza. Sus obras más reconocidas son sus representaciones de jardines y paisajes, como «El jardín de los cipreses» (1907) y «Jardín de la casa de Greco en Toledo» (1910), donde la simetría de los caminos, la vegetación frondosa y el juego de luces y sombras crean una sensación de calma contemplativa y misterio.

Rusiñol fue también un intelectual influyente en la vida cultural catalana. En 1892 fundó en Sitges el taller modernista «Cau Ferrat», que se convirtió en un punto de encuentro para artistas e intelectuales modernistas como Ramón Casas y Joaquim Mir. Además de su pintura, Rusiñol fue un prolífico escritor y dramaturgo; sus textos, como «L’alegria que passa» (1898) y «El jardí abandonat» (1900), reflejan la misma sensibilidad simbólica y melancólica que caracteriza su obra pictórica. Una curiosidad sobre Rusiñol es que desarrolló una profunda admiración por El Greco, lo que lo llevó a restaurar y conservar varias de sus obras y a trasladar esa espiritualidad al tratamiento de la luz y la forma en sus propios cuadros. Su estilo evolucionó hacia un simbolismo sobrio y elegante, donde la naturaleza y la arquitectura dialogan para transmitir una atmósfera de serenidad y misterio. Rusiñol murió en Aranjuez en 1931, dejando un legado artístico que consolidó el modernismo catalán como una de las corrientes más influyentes de la pintura española. Las etiquetas que mejor describen su obra son modernismo catalán y simbolismo paisajístico.